La verdad no tenía intención alguna de postear nada hasta que, el 22 de diciembre, llegara la cámara y realmente pudiera dedicarme a esto.
Esta foto no la tomé yo.
Esta foto salió publicada en la edición de hoy, domingo 17 de diciembre, del Diario El Universo adjunta a un artículo sobre la huella de los exiliados chilenos en el Ecuador; lo pueden leer aquí.
Después de casi 25 años escuchar las mismas ideas y las mismas consignas en la mesa familiar, había dejado de prestarles atención. Todo se siente muy lejano y más aún para mí porque siempre me es difícil establecer vínculos.
El domingo pasado, luego de todo un día de exhaustiva cobertura de la muerte de Pinochet y de ver las reacciones en casa, por primera vez –creo- verdaderamente entendí a mis padres y sus luchas.
Existen, verdaderamente existen causas por las cuales se debe luchar… así se esté lejos, así se crea no existen vínculos. Esta foto de hace al menos treinta años lo corrobora, especialmente para mí.
Hay tanto que no se debe olvidar jamás, para evitar que se repita.
En primer plano de guayabera blanca sale mi papá, junto a él de rojo mi mamá y unos cuantos pasos al fondo mi tía.
1 comentario:
No podemos reconciliarnos con quienes han pisado la dignidad humana. Se puede personar todo, pero cada vida de cada persona es preciosa. Y vale la pena y debe ser peleada hasta el casancio.
Bakan que tus papás lo comprendan y de que quienes tu quieres también lo crean así.
Publicar un comentario